Sunday, October 03, 2010

La novela como metáfora

No sorprende a nadie que una novela sea una metáfora de otra cosa. La cosa puede ser el mundo, una época, una persona, una ciudad.
Acabamos de comentar Salón de Belleza de Mario Bellatin (México, 23 de julio de 1960) como una grata experiencia. No siempre podemos decir esto sobre un libro. A veces mis expectativas no responden a la novela que he elegido y en otras ocasiones, la novela elegida, por alguna misteriosa razón no cuaja dentro del grupo. Así nos pasó hace casi un año con Memorias de Adriano, algo que podría haberme parecido sorprendente, pero resulta que en esta relectura de la novela, yo también casi caigo en el marasmo del grupo.
La novela de Bellatin se comentó después de Desgracia de Coetzee y entre otras cosas llegamos a varias conclusiones parciales, como por ejemplo que el David Lurie de la novela de J.M tenía en común una soledad buscada en la que solo repara cuando ya es tarde, al igual que el personaje central del Beauty Parlor de Bellatin, que organiza y reorganiza primero el Salón, luego el Moridero y finalmente proyecta dejar el espacio como cuando lo ha fundado.
La metáfora del salón de belleza es la de la enfermedad, una gran metáfora de la enfermedad que se desarrolla a través del paralelismo entre el salón y las peceras, entre los peces y los enfermos. 
La enfermedad física ha minado a los clientes del Moridero, pero más allá de esta enfermedad real y física, ¿cuál es la enfermedad? ¿cuándo empieza? ¿transforma al protagonista? 
Otra conclusión parcial es que pese a que la novela toca el mundo gay no se consideró una novela gay, al menos por el grupo de La casa morada. Esto ocurre porque no se sintió propagandístico el relato con el tema. Es decir, no les pareció relevante, que el personaje fuera gay aunque lo es, aunque, cuente sus amoríos, sus aventuras, la separación o distancia con la madre por serlo.  
El salón de belleza es un relato minucioso, de detalles, de descripciones que narran una vida dedicada a los placeres y a un proyecto que lo llena todo, un salón de belleza. Aunque no hay directamente una fecha que pueda ubicar totalmente en el tiempo a este relato, todo indicaría que se trata de ¿los ochentas? Podría ser, podría ser que sea en ese tiempo, o que se hable del sida, aunque nunca se mencione su nombre, porque no es necesario. Al final, en la metáfora, qué importa más. ¿El primer objeto comparado o el segundo? o, en realidad no es eso lo que importa sino lo que dice la metáfora finalmente...



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