Saturday, May 16, 2009

El cuarteto, la subasta, la depuración y los muros


Miércoles de la semana pasada. Tranquila navegando en Facebook y me encuentro con que el cuarteto Shostakovich daría un concierto en la capilla del Corazón de Jesús que está dentro del Parque Histórico. Detalle fundamental por ahora: entrada gratuita. Inmediatamente me conecto con Los otros, y ellos responden: 6 y 45 te recoge el Chiquito. Y como lo rayamos de impuntual, está afuera de mi casa 5 minutos antes de la hora. A mí, mi mamá, me hizo puntual a la fuerza y se lo agradezco, también le agradezco el GPS incorporado con el que nació. Siempre sabe cómo ir y volver de los lugares, con los nombres de las calles. Su orientación es sencillamente perfecta, y apabullante. Algo he sacado yo de esa cartografía que ella tiene incorporada.

En el Parque Histórico, en la capilla, no hubo más de 25 personas escuchando al cuarteto de Iván Fabre, especialmente contratado para el Festival de Música Italiana que organiza la Societá Dante Alighieri. Más allá de la ausencia de público, este lugar, es perfecto en su acústica para un espectáculo como este. Vivaldi, y otros tres compositores fueron el programa de la noche, y durante la próxima semana en otros escenarios de la ciudad se presentarán espectáculos de igual categoría. La música también permite viajar. A la salida Ellos y yo hablábamos de lo tranquilos que nos sentíamos. "Aplacamos a la fiera, ¿no?". Asintieron. Pensamos también que debemos volver al parque en el día. Mañana sería perfecto.


El jueves se hizo la subasta como homenaje a Hilda Thomas y solo tengo palabras de alegría y gratitud para Valentina Brevi que saca el Espacio Vacío adelante con la ayuda de unos cuantos amigos. Yo quería el cuadro del castillo amenazante de Mónica Garcés o el dibujo de Allan Jeffs, o más todavía las muñecas de Walter Páez. El lobby del MAAC estuvo lleno y yo sentí una adrenalina parecida a la de jugar a la ruleta en el casino. Supongo que más emocionante hubiera sido poder comprar, pero también lo fue que alguien se haya interesado por mis dibujos rescatados por Christian Levi. ¿A dónde irán a parar? Por lo pronto, medito en la posibilidad de aprender algo nuevo y totalmente ajeno a mí. Así que ya estoy en las averiguaciones del taller de grabados.

En mi mirada ví a los artistas -muchos de ellos habían hecho sus donaciones-, muy interesados en un proceso de consumo de su obra. Obras que en algunas ocasiones están guardadas o simplemente realizadas sin pensar que podrían tener un destino comercial que, precisamente, les permita crear mucho más. Enlazo esto con las palabras de Solange Rodríguez de esta tarde. "Para producir se necesitan unas condiciones que son imposibles cuando tienes tres trabajos".


Totalmente de acuerdo con lo que acabo de escuchar miro hacia las otras mesas que rodean la mía, afuera de la cafetería Valdez. Todas esas personas disfrutaban de una tarde que se acababa en el contexto de una brisa y conversaciones. Pienso que si la proliferación de cafés invitan al diálogo, ojalá que hubiese muchos como este. Yo con la cabeza en más de un lugar, sigo las intervenciones de mi mesa que hablan de peligros, asaltos, formas de vida, y por otro lado, imagino un muro que va creciendo en el triángulo de esta cafetería. Pienso en que el muro debería ser de árboles con helechos y no de cemento. Mientras escucho historias de violencia puedo ver cómo van creciendo las enredaderas de esta verja ecológica. Entro y salgo del diálogo y revivo todos los momentos de miedo en la calle, pero también de las inmensas libertades que tengo cuando camino por Guayaquil disfrutándo del olor, la bulla; las subidas al faro, el trayecto de la Victor Emilio hasta el puente de Urdesa, la gente cruzando la calle Boyacá a la hora del almuerzo, esa aventura hacia la playita del Guasmo que terminó en un retorno de pesadilla en la Metrovía. He tenido suerte, pienso.


Luego hace un rato se me ocurre que este Facebook debe depurarse así que de 300 amigos supestos, me he quedado con 160 me parece. No quedó títere con cabeza, y seguiré decapitando "amigos". Los muros invisibles me digo a mí misma. ¿Cómo crecen los muros que no se pueden ver? ¿Cómo se destruye las diferencias de la realidad? Es posible me digo a mí misma. Todo es posible y recuerdo que me faltó decir, durante el club de lectura, que la literatura es una posibilidad; seguramente La posibilidad de una isla, como en la novela de Michel de Houellebecq. La pregunta es en qué clase de isla quiero vivir y con quiénes.

5 comments:

  1. Yo siempre he tenido la fantasía del millón de amigos, a cada uno pedirle un dolar y publicar así un libro!!

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  2. Tranquila Solange que todo es posible, todo es una posibilidad.

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  3. Anonymous9:12 AM

    bueno, gracias por dejarme entre los que quedaron...! a mí con fb me pasa lo mismo que en las fiestas, me da vergüenza decir que no al que me saca a bailar... y así acepto al que se propone como amigo. es medio incómodo porque después tienes que ponerles oír menos de ellos, y esos matices de que hay de primera, de segunda y de cuarta... lindo tu blog, lina ness!

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  4. Anonymous9:13 AM

    ah, y olvidé la firma, esa anónima es yanna!;)

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  5. Anonymous9:18 AM

    Que risa, llega un mensaje de comentario y digo, uy, jeje quién será. Bueno sería interesante hablar del facebook, tal como lo percibo y contar un poco lo que me provocó, así que ahí voy Yanna Celina!!!

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