Tuesday, November 08, 2011

Hacer un poema del apocalipsis

Hay algo terriblemente inquietante en esta última película de Lars Von Trier. Se llama Melancholia y empieza cuando ya todo ha ocurrido. Se conjugan en ella tantas estrellas del cine que sería imposible no lograr los efectos necesarios en cuanto al trabajo actoral. Creo que nadie se puede negar a trabajar con él por eso ahí están Charlotte Gainsburg, John Hurt, Charlotte Rampling, Kiefer Sutherland, Kirsten Dunst y mi vampiro, Alexander Skagaardt (True Blood). Con esa plana las cosas no podrían haber marchado mejor, pero seguro hay quienes piensan que siempre puede ser mejor.
La poética apocalíptica de Lars es como un dulce perfecto: ese es el que ni es intensamente dulce ni simple. En esta ocasión reúne a su pléyade en una mansión tan oscura y lúgubre como las que aparecen en los cuentos de Poe. La ambientación, la atmósfera se vuelve opresiva, pese a que se celebra una boda.
Lars es el director de los contrastes. Nos mantiene observando y escuchando a las personas, la naturaleza que rodea a esta propiedad, la apariencia de los comensales que no refleja los mundillos interiores de cada uno de ellos. Solo esa naturaleza agreste y oscura nos revela los dramas de los protagonistas.
El planeta Melancholia debe colisionar la tierra o debe pasar muy cerca. De ninguna de las dos maneras hay un alivio porque los cambios serán inevitables. Lo inevitable como una constante de los seres humanos también es uno de los motivos recurrentes en los que indaga  Von Trier (ya lo hizo en Breakind the waves y en el Anticristo).
La dicotomía entre Justine y Claire (Dunst y Gainsburg) es una clara postura sobre cómo se enfrenta la realidad y en Melancholia esa realidad es el desastre.
Melancholia es una metáfora del mundo exterior y de la vida, también es un síntoma de lo que vive dentro de las personas, lo que oprime, lo que acecha. Y siempre acompañada con estos sonidos y esta música que llena los espacios en donde las imágenes han dejado brechas. Y mientras, un planeta que se acerca, que es visible, que es mounstroso.